Norah Wood solo tiene 4 años, pero eso no le ha impedido hacerse amiga de Dan Peterson, un anciano de 82 años. Dándonos una lección de humanidad a todos.

Por otro lado, Dan, el anciano, había caído en una profunda depresión tras la muerte de su esposa y afrontaba cada día como una cuenta atrás para la suya.
Aquel día, era el cumpleaños de Norah, y su madre, Tara, la llevó al supermercado a comprar unas cosas para poder celebrar su fiesta de cumpleaños horas más tardes. Sin embargo, mientras Tara realizaba las compras, Norah vio este hombre mayor en el supermercado, su rostro se le iluminó y sin pensarlo dos veces le gritó: “-¡Hola señor mayor! ¡Hoy es mi cumpleaños!”.
Tras una divertida conversación, la niña le insistió a su madre para que le tomara una foto con su nuevo amigo por su cumpleaños y, sin pensarlo, se abalanzó sobre el dándole un fuerte abrazo.
Lo que Dan no sabía, es que aquello no era más que el comienzo de una asombrosa amistad, y que aquella dulce y divertida niña cambiaría su vida por completo.
Actualmente Norah pide visitar a Dan con frecuencia, con quien pasa horas jugando y hablando. Ella no duda en referirse a él como su mejor amigo.
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