En el mes de marzo del 2015, Nancie Atwell se convertía en la mejor profesora del mundo al alzarse con el Global Teacher Prize, un título reconocido por la Varkley Foundation y dotado con un millón de dólares. Entre los 50 finalistas se encontraba también un español, César Bona (43 años) –el único de nuestro país en la lista–, que en su corta carrera ha conseguido llamar la atención de personalidades de todo el mundo. Entre ellas se encuentra Jane Goodall, la célebre primatóloga Príncipe de Asturias, que dijo de él que estaba “creando líderes del futuro, animándolos a tomar las riendas para emprender acciones y cambiar actitudes en sus sociedades”.
¿Qué distingue a Bona? Es sencillo descubrirlo leyendo su libro 'La nueva educación' (Plaza & Janés), un libro en el que expone sus hallazgos de manera casi biográfica: es un profesor entusiasta que disfruta de los retos, que adora a los niños y que, en lugar de teorizar sin fin sobre lo que debería hacerse, se ha lanzado a hacerlo.
En sus proyectos ha conseguido llevar a cabo todo aquello que muchos han planteado sobre el papel: que niños analfabetos se sientan interesados por la lectura, que sus alumnos impulsasen una protectora de animales virtual que ha llegado al ámbito internacional (Children for Animals) o que rodasen un cortometraje premiado en un festival de cine de la India.
En sus proyectos ha conseguido llevar a cabo todo aquello que muchos han planteado sobre el papel: que niños analfabetos se sientan interesados por la lectura, que sus alumnos impulsasen una protectora de animales virtual que ha llegado al ámbito internacional (Children for Animals) o que rodasen un cortometraje premiado en un festival de cine de la India.
- ¿Niños problemáticos? El mejor reto
La historia de César arranca
en su año de prácticas en 4º de Primaria del colegio zaragozano
Fernando el Católico. “César, te
ha tocado la peor clase”, fue su recibimiento el
primer día. La clase estaba formada por 24 niños, 20 de ellos de
etnia gitana, una niña rumana, otra de Marruecos y una niña de
Gambia. El absentismo era muy alto y los que iban a clase tampoco
parecían muy interesados. “Un día llegué y les dije 'soy
maestro, os voy a enseñar lengua, inglés, etc., pero vosotros
también vais a enseñarme a mí'. Eso es lo que marca la diferencia,
que se sintieran implicados al ver que también podían enseñar al
maestro”, explica Bona.
Dicho y hecho. Javi,
el cabecilla de la clase, comenzó a enseñarle a César a tocar el
cajón flamenco, algo que llamó la atención de sus compañeros, que
empezaron a acudir de forma habitual: “Ellos vieron que podían
sacar algo de sí mismos y dárselo a los demás”.
Pero había otro problema, y es que muchos, a sus nueve y diez años,
no sabían leer. Así que César preparó una pequeña obra de teatro
que estimulase su curiosidad. Juan, por ejemplo, tuvo un papel más
corto porque no sabía leer, y otros niños más acostumbrados a la
lectura interpretaron papeles más largos, al mismo tiempo que
ayudaban al resto de sus compañeros.
Maestros por un día 6 años después. Vídeo del canal de youtube de César Bona
- Los niños que enseñaron a sus padres a llevarse bien
El primer destino definitivo
de César fue Bureta, un pueblo de 269 habitantes con una escuela
unitaria, en la que convivían seis niños de cinco edades entre los
cuatro y los doce años. Además, muchos de estos niños no se llevaban bien
entre sí, porque sus padres tampoco lo hacían. La solución que
ideó César fue rodar
un cortometraje mudo que implicase no sólo a
los niños, sino también a sus propios padres, que debían arrimar
el hombro para que el proyecto llegase a buen puerto. A pesar de la
reservas de algunos compañeros, César llegó hasta el final y logró
estrenar la película en la plaza del pueblo, ante 400 personas,
entre vecinos y gente de los pueblos cercanos, así como el
inspector. “¿Cómo podría perderme una cosa así habiendo visto
la ilusión de los niños y también la tuya?”, fue lo que le dijo el inspector el día del estreno.
El cortometraje se llevó el premio CreArte del Ministerio de Cultura por el estímulo de la creatividad, dotado con 20.000 euros, y otro premio en el Festival Internacional de la India de Cine para Niños. “Es clave que los niños vean que su contribución es importante para que adquieran un compromiso social, y ahí es hacia donde debería tender la escuela si queremos una sociedad mejor”, explica el profesor. “Los maestros tenemos la posibilidad de intentar cambiar a mejor las cosas”.
Aquí puede verse:
Aquí puede verse:
- Los niños activistas de Muel
Siguiente
parada en el camino: 4º de primaria, Muel, un municipio zaragozano
de 1.400 habitantes. En esta ocasión, chicos muy aplicados. La
llegada del circo al pueblo le dio a César una buena idea: ¿Por qué
no investigar sobre el funcionamiento de los circos? Así lo hicieron
y, con el paso de los días, los estudiantes se dieron cuenta de que
algo no marchaba bien. Ese fue el germen de la protectora de animales
virtual El Cuarto Hocico, que llevó a los niños a movilizarse con
el resto del colegio, el alcalde y a enviar
una carta al Rey (al que se le invitaba a
buscar otras alternativas de ocio a la caza) para evitar que los
animales sufrieran. En definitiva, habían aprendido con sus propios
medios una triste realidad social.
“No
pueden vivir en una burbuja en lo que lo único que hagamos es meter
datos, sino que debemos invitar a esos niños y adolescentes a que
salgan y participen en esa sociedad”,
explica Bona. “Cualquier cosa que se les enseñe debería servir en
la sociedad real”. El proyecto fue premiado por Jane Goodall y dio
lugar a una protectora de carácter internacional, Children for
Animals.
-
El aula del futuro, en Zaragoza
La
última experiencia de César ha tenido lugar en el 5ºB del colegio
Puerta de Sancho en Zaragoza, que el profesor recuerda con la
siguiente frase: “Lo que hemos vivido juntos hará que, por muchos
años que pasen, cierre los ojos y sigan estando ahí, sin crecer,
siempre con la sonrisa en la cara y expectantes por comprobar qué
les ofrecía un nuevo día”.
César lo llevó a cabo dividiendo
la clase en cincos continentes que
debían trabajar por su cuenta, pero también enseñarse unos a otros
a través de los trabajos por proyectos. Espontáneamente, los
alumnos escribieron la historia de esos mundos (con nombres como
Mundo Viejuno o Tierras Medias de Rancia) y se repartieron los
cargos, como el de la historiadora, que se encarga de apuntar todas
las cosas graciosas que ocurren en clase, la encargada de la lista
blanca de altruistas, que pone de acuerdo a los alumnos que necesitan
ayuda y a los que pueden ayudarles o el cabecilla de los sublevados,
que recoge todas las quejas y sugerencias de los alumnos.
“Yo no hablo de innovación, sino de sentido común, de aplicar las cosas que me habrían gustado de niño”, resume Bona. “Se trata de darle a los niños la posibilidad de que trabajen en equipo, de que se sientan implicados en clase, que sientan que tienen un papel en esa microsociedad que es el aula. Que se sientan más protagonistas”. En definitiva, en llevar a cabo en Primaria todo aquello con lo que tantos pedagogos y teóricos han soñado durante años.
- Las claves de la nueva educación
Bona lo tiene claro: si queremos que la sociedad cambie, esto debe empezar por la escuela e involucrar a todos, incluidos padres, maestros y alumnos. El profesor cree que se están haciendo muchas cosas interesantes en España –actualmente está colaborando con Aldeas Infantiles y viajando por toda España para aprender nuevas experiencias y darlas a conocer– y que, sobre todo, “se trata de un movimiento hacia lo positivo”. Ya no es momento de quejas, hay que lanzarse a la acción.
En un capítulo del libro, César expone qué debe hacer un buen maestro:
- Invitar al compromiso social de los alumnos.
- Estimular el respeto al medio.
- Tener autoconocimiento.
- Estimular cada día la creatividad y la curiosidad.
- Aprender a gestionar sus emociones.
- Contagiar actitud y entusiasmo.
- Trabajar con padres, niños, madres y administraciones locales.
- Tener la mente abierta… y ser consciente de que vive en un mundo de niños.
“Un maestro no debe ser una persona caracterizada por su seriedad, porque el niño vive en un mundo que a veces es absurdo o surrealista, y el maestro debe ser consciente de que él es su modelo”, añade.
Ante las reservas que muchos colegas, superiores y niños van a manifestar ante sus métodos, Bona recomienda perseverancia y ser conscientes de que lo que se hace es por el bien de los niños: “Es un reto convencer de que las clases se pueden hacer de otra manera, especialmente a los padres, como cuando trabajábamos por proyectos y nos salíamos del libro”. Pero también es cierto que la sociedad en la que vivimos es muy diferente a la que existía hace unas décadas, y que ello obliga a que las empresas pidan nuevas habilidades como la creatividad, muchas veces sofocadas por las ansias de los padres que se traducen en inacabables clases extraescolares. “Deben poder mirar alrededor, imaginar, sentirse creativos y que esa curiosidad innata sea el motor que los mueva. Si les llenamos la tarde de extraescolares no tienen tiempo para ser niños".
Es
un reto convencer de que las clases se pueden hacer de otra manera,
especialmente a los padres, cuando te sales del libro y trabajas por
proyectos.
Al
mismo tiempo, los adultos pueden aprender mucho de sus hijos: “Viven
la vida con mucha más alegría, pero les ponemos reglas
constantemente que coartan esa sensación de vivir todo con ilusión.
Si los observamos, nos damos cuenta de que son seres
increíblemente creativos, que nos pueden enseñar
a ver la vida de forma original”.
Aquí os dejamos una entrevista que se realizó en el programa La Sexta Noche, por si queréis conocer más cosas sobre él.
Fuentes:
Bona, C., (2015). La Nueva Educación. Los retos y desafíos de un maestro de hoy. PLAZA & JANES.
Al
mismo tiempo, los adultos pueden aprender mucho de sus hijos: “Viven
la vida con mucha más alegría, pero les ponemos reglas
constantemente que coartan esa sensación de vivir todo con ilusión.
Si los observamos, nos damos cuenta de que son seres
increíblemente creativos, que nos pueden enseñar
a ver la vida de forma original”.
Aquí os dejamos una entrevista que se realizó en el programa La Sexta Noche, por si queréis conocer más cosas sobre él.
Fuentes:
Bona, C., (2015). La Nueva Educación. Los retos y desafíos de un maestro de hoy. PLAZA & JANES.
Bona, C., (2015). La Nueva Educación. Los retos y desafíos de un maestro de hoy. PLAZA & JANES.
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