domingo, 30 de abril de 2017

Los niños están hechos para vivir, no para ser competitivos

¿Estamos exigiendo demasiado a nuestros pequeños?



Padres que apuntan a sus hijos a una cantidad ingente de actividades escolares, horas dedicadas a los deberes que se tragan media tarde, la necesidad de hacer que los hijos destaquen en alguna de las aficiones a las que les empujamos… La infancia tiene sus propias crisis y complicaciones, pero parece que desde la vida adulta también se están depositando granitos de arena para hacer que ese modo de vida, tan despreocupado y aparentemente improductivo, llegue a su fin pronto.
El objetivo parece ser formar una generación de "niños de élite", competentes y equipados con un montón de habilidades y competencias que, se supone, les harán la vida más fácil.
Pero esta tendencia tiene consecuencias psicológicas muy negativas.

Poniendo en jaque a la infancia

Algunas personas, cuando atraviesan crisis existenciales, vuelven la mirada hacia el modo en el que los niños viven la vida. No es de extrañar; la creatividad, la espontaneidad con la que descubren las maneras más simples y honestas de actuar en cada momento, la mirada limpia de prejuicios... parecen ser una característica de la que gozamos durante los primeros años.
Lo que pasa con este espíritu infantil es, hasta cierto punto, un misterio. No se puede asegurar con firmeza y total seguridad qué es lo que hace que poco a poco se vaya apagando esa llama infantil que una vez hubo en nosotros. Sin embargo, en ciertos aspectos no es difícil imaginar posibles motivos que expliquen qué es lo que mata la infancia de las personas, o que esta abandono nuestro estilo de vida a marchas forzadas. No es un proceso biológico, sino aprendido y cultural: el espíritu competitivo y el estrés que genera.

Estamos creando niños con currículum

Está claro que la toma de responsabilidades y el hecho de empezar a muy largo plazo hace que el estilo de vida (y de comportamiento) de niños no pueda mantenerse inalterable durante el paso a la adultez. Sin embargo, recientemente está ocurriendo algo que antes no pasaba y que hace que los niños sean cada vez menos niños a una edad cada vez más temprana: el espíritu competitivo ha entrado en la vida de los pequeños.
Tiene su lógica, aunque es una lógica perversa. En una sociedad cada vez más individualista donde los problemas sociales son disfrazados de problemas individuales, se repite siempre el mismo tipo de mensajes: "búscate la vida", "sé el mejor" o, incluso, "si naciste pobre no es tu culpa, pero si moriste pobre sí lo es". Se da la paradoja de que, en un mundo en el que el lugar y familia en el que se nace son las variables que mejor predicen la salud y estatus económico que se va a tener en la adultez, toda la presión recae sobre las personas individuales. También sobre los más pequeños.
Y los individuos son forzados a competir. ¿Cómo se puede alcanzar la felicidad? Siendo competitivos, como si fuésemos empresas, para llegar a la mediana edad con cierto estatus socioeconómico. ¿Cuándo se debe empezar a competir? Cuanto antes.


El camino para crear niños con currículum, preparados para la ley de la selva que regirá su vida adulta, ya ha sido allanado. Y, si no se le pone freno, puede suponer la muerte de la posibilidad de disfrutar plenamente de la infancia.


Padres que se extralimitan

Los niños y niñas que terminan adaptándose al estilo de vida que les imponen sus padres están empezando a mostrar signos de estrés, e incluso se dan crisis de ansiedad. Las obligaciones relacionadas con los deberes y las actividades extraescolares introducen en la vida de los niños tensiones endémicas del mundo adulto que, además, en muchos casos son difícilmente justificables sin tirar de imaginación sobre lo que podría suceder en el futuro.
Es algo relativamente nuevo y no siempre es fácil de detectar, ya que algunos padres y tutores confunden el hecho de que los niños parezcan llegar a los exigentes objetivos que se les fija con un indicador de su estado de salud y bienestar. Así, escolares de entre 5 y 12 años pueden estar rindiendo razonablemente bien en tareas como de aprender a tocar un instrumento o dominar una segunda lengua, pero a largo plazo sufrirán estrés si la presión es demasiado alta.
Los síntomas de este estrés, al no ser siempre muy evidentes y no parecer graves, pueden confundirse como una parte normal del proceso de formar niños competitivos. Pero lo cierto es que su calidad de vida se verá comprometida, y lo mismo pasará con su tendencia a no juzgar cada experiencia que se vive según su utilidad.
Su modo de disfrutar de la infancia quedará eclipsado por unas aspiraciones impuestas por los padres y que, en realidad, solo se sostienen en lo que los adultos interpretan como "signo de una vida exitosa". No se dedican tanto a velar por el bienestar de sus hijos como a imponer sobre ellos una imagen de la persona ideal, ante la que se abrirán todas las puertas.

Miedo a fallar

Pero la presión y el hecho de empujar a los niños hacia lo que se entiende como éxito es solo una parte de la historia. La otra es el rechazo a lo que parece no servir para nada, lo que no aporta un beneficio claro, independientemente de si es disfrutable o no. Invertir tiempo en ser niños parece ser valorado solo como tiempo para descansar, relajarse y coger fuerzas para volver a lo que en realidad importa: la preparación para entrar con buen pie en el mundo competitivo, el mercado de personas.
Del mismo modo, no ser el mejor en algo es percibido como un fracaso que debería ser escondido dedicando tiempo y esfuerzos a otras cosas en las que se destaque más, en el mejor de los casos, o culpando al niño o niña en cuestión de "no querer ganar". Las consecuencias de esto son claramente negativas: se menosprecia la actividad como meta en sí misma y solo se valora el resultado en comparación a los demás.
Mostrar "debilidad" en deportes o en rendimiento escolar es considerado motivo de vergüenza, porque se interpreta como un síntoma de los posibles fracasos que se podrían experimentar en la adultez. Esto hace que la autoestima se resienta, que se disparen los niveles de estrés, y que el niño o niña se sienta responsable por no llegar a unos objetivos que otras personas le han fijado.

Conquistando la infancia de nuevo

Hasta las personas adultas pueden ser capaces de rescatar para sí mismas muchos valores y hábitos propios de la infancia, así que los niños y niñas lo tienen aún más fácil para disfrutar de ella. Para contribuir a que esto sea posible, los padres y cuidadores solo han de adoptar otra actitud y abrazar un tipo de prioridades que no tengan la competitividad como referente. Este proceso pasa por admitir que, aunque los adultos parezcamos más preparados que nadie a la hora de vivir la vida, los niños son los verdaderos especialistas en su manera de experimentar la niñez. Valga la redundancia.


Arturo Torres

Como interpretar los dibujos de los niños




Rasgos psicológicos

Agresividad, desobediencia

Presencia de dientes muy destacados. Brazos largos con manos cerradas. Garras en lugar de dedos. Formas con trazos rectos muy alargados y en sentido ascendente. Marcada asimetria de las extremidades cuando se representan personas. Dibujo de números, letras, signos u objetos repetidos siguiendo una progresión ascendente en su tamaño.



Ansiedad - Temor

Los temores infantiles se manifiestan en el dibujo mediante un grafismo reducido, indeciso, pequeño, simple en su forma. En ocasiones, el niño puede preferir dibujarse dentro de una casa, vehículo, etc. que le proporcione cobijo frente al mundo externo y sus fantasmas. Poca expresividad en las caras. Si el temor es hacia alguna persona en concreto, la representará con brazos cortos o sin ellos. La presencia de ansiedad puede reflejarse también en el sombreado de la cara(parcial o total) siendo muy significativo entre los 5 y 12 años.





Motivación para el Aprendizaje y la Escuela

Dibujos bien proporcionados enriquecidos con algunos detalles. Las caras suelen representarse con grandes ojos, hay expresión, el cuello suele estar presente. El dibujo está bastante centrado y ocupa buena parte del papel. Brazos abiertos y piernas bien definidas. Caras sonrientes, elementos extra como pequeños animales (caracoles, mariposas...).



Egocentrismo

Cabeza grande, formas exageradas. Si se trata de un dibujo de familia o de varias personas, el niño se dibuja primero y aparece notablemente más grande que los demás.


Comportamientos y pensamientos obsesivos

El dibujo se realiza siempre con un método muy similar, siguiendo una misma rutina un mismo tema o colores. Es un dibujo elaborado que crea mucha ansiedad al niño si se equivoca o cree que no le ha quedado bien. Necesidad de borrar con frecuencia. Trazos simples muy repetitivos pueden estar asociados a discapacidad mental.



Inseguridad

Brazos y manos pequeñas y/o pegados al cuerpo. Piernas delgadas o inestables. Trazo irregular, inseguro, fallos con rectificaciones frecuentes. Figuras comprimidas o pequeñas. Inclinación de la figura en 15º o más.



Perseverancia

Figuras bien contorneadas. Riqueza de detalles. Los personajes aparecen con el rostro expresivo y con todos los elementos. Cabello bien definido. Si se utiliza el color se ha rellenado gran parte del dibujo. Trazo pausado poco impulsivo. Buena atención.



Déficit atencional. Impulsividad

Dibujo desorganizado. Normalmente a mayor déficit atencional menor capacidad para estructurar un dibujo global. El niño preferirá dibujar pequeños objetos inconexos de diferentes temáticas y formas. Poca definición, pobreza de detalles. Objetos irreales o muy distorsionados. Cuando coinciden déficit atencional e impulsividad el dibujo pasa a ser más una descarga tensional que una actividad placentera. El niño dibujará sólo elementos de su interés y tenderá a ocupar todo el espacio del papel con pocas formas mal dispuestas.


Lateralidad Cruzada

La lateralidad cruzada se manifestará por la presencia de figuras, letras o números en forma invertida (como reflejadas en espejo). El trazo del dibujo será irregular con formas distorsionadas.  

Autocontrol

Simetria en el dibujo. Formas onduladas, bien proporcionadas. Si el dibujo está coloreado no se traspasan los límites del contorno.



Autoestima

Buena organización del espacio. Brazos y manos abiertos. Tamaño de la figura grande. El dibujo suele ocupar casi todo el espacio del papel con una distribución adecuada. Expresión positiva en las caras cuando aparecen varias figuras.



Problemas de relación social o con sus iguales

Brazos pegados al cuerpo, expresión neutra o triste. La figura puede mostrarse indistintamente (según como lo vive el niño) grande o pequeña. Grande cuando se vive la situación como agresión hacia uno mismo y hay que responder o plantar cara. Pequeña cuando el sentimiento es de indefensión, temor o incapacidad.


Discapacidad Mental

El rasgo fundamental es la pobreza y poca variabilidad de los detalles. Dependiendo del nivel cognitivo el niño, éste puede efectuar el dibujo de una figura humana pero será incapaz de introducir variaciones significativas para distinguir, por ejemplo, un hombre de una mujer. Asimetria en las extremidades y/o poca integración de las partes.






Esas pautas son simplemente unas pinceladas dentro del gran mundo que es el dibujo infantil. No debemos generalizarlas. Cada niño es un mundo, así como las reglas de interpretación del dibujo infantil. Si algo te preocupa en tu hijo, y, si es necesario, busca un especialista.

El ambiente familiar para el niño hiperactivo

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Educar a un niño diagnosticado de hiperactividad no es nada fácil. A menudo, convivir con ellos resulta extremadamente complicado, mucho más si comprobamos que, tratándose de una cuestión hereditaria, puede que en el mismo hogar se presente más de un caso, lo que nos obligará a tener que tomar medidas extraordinarias para que la convivencia no se convierta en un infierno.

Debido a sus grandes dosis de energía, nerviosismo constante y movimientos infinitos, querrá estar haciendo cosas en todo momento, así que no es extraño que, según las estadísticas, este tipo de niños son los que más accidentes sufren en el hogar, algo que debemos estar controlando en todo momento. Sin duda, el ambiente familiar es fundamental pero ¿cuál es el más adecuado para ellos?

Una casa adaptada a sus necesidades

Precisamente por tratarse de niños que suelen sufrir más accidentes hogareños de lo normal, es importante que evitemos zonas de peligro, especialmente cuando son todavía pequeños. A medida que van creciendo estas medidas se pueden ir rebajando aunque sin perderlas de vista.

Lo ideal sería vivir en una zona con el menor número de ruidos posibles. El exceso de ruido suele alterarles mucho más, por lo que resulta contraproducente. Su cuarto de juegos o para hacer los deberes escolares, debe estar lo más silencioso posible, sin demasiada luz y sin nada que les distraiga, como música, televisión… Así será la mejor forma de que se puedan concentrar con más facilidad.

Hábitos, límites y horarios bien establecidos

Si todos los niños necesitan de hábitos, límites y horarios, los peques con hiperactividad mucho más. Para ellos es fundamental que sus actividades estén bien delimitadas, siguiendo un orden y un horario concreto. A determinada hora se levanta, se asea, se viste, desayuna, va al cole… Este orden, que parece excesivamente estricto, le ayudará a establecer una rutina que le hará estar más relajado y cómodo.

Los límites en cualquier convivencia con niños (y no tan niños) son fundamentales. Hay que tener muy claro qué cosas pueden hacerse y qué cosas no. Siempre puede existir un margen para la flexibilidad, pero ha de ser el mínimo. Esta rigurosidad les da confianza y seguridad, por lo tanto es muy necesaria.

Fomenta sus habilidades y ayúdale en la comunicación

Ante el desespero y angustia que provocan ciertas actuaciones del niño hiperactivo, los padres tienden a entrar en la crítica con demasiada facilidad, olvidando que, también, tienen sus habilidades, sus logros diarios y grandes retos por resolver. Ayúdale y anímale a que se sienta realizado, querido y, sobre todo, comprendido.

Por eso, la comunicación familiar es fundamental. Se ha de crear un ambiente propicio para que el niño pueda expresarse con naturalidad, compartiendo sus temores, alegrías o dudas, de esta forma aumentará la confianza en sí mismo, ya que se sentirá escuchado, valorado y comprendido.


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Calendario del mes de Mayo con palillos

El siguiente material está pensado para Educación Infantil y Primero de Primaria, con el que trabajar el calendario. La idea es que el alumnado use el calendario como rutina identificando el día e identificando el número que corresponde con los palillos representados.

sábado, 29 de abril de 2017

Tratamiento educativo de los alumnos superdotados

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Psicológicamente
  • Sentimiento de éxito: necesitan sentir que las cosas las han hecho bien.
  • Flexibilidad: están muy motivados y lo que les da el centro no les satisface, adaptándonos por tanto a ellos.
  • Intervenir en la planificación: esto normalmente no se les deja hacer. Pero sería conveniente hacerlo porque tienen ideas muy buenas.
  • Reducir la presión del entorno: responsabilidades y delegaciones que les presionan mucho y se hunden.
Socialmente
  • Sentirse aceptados: muchas veces hacemos cosas (que no nos gustan) para ser aceptados por los demás. Estos chicos buscan con mucha más fuerza el sentirse aceptado por los demás.
  • Poder confiar en los demás.
  • Compartir ideas.
  • Trabajar en grupo sin presión añadida.
Intelectualmente
  • Enseñanza individualizada: adaptación curricular pensada para él.
  • Utilización de recursos adicionales: no vale sólo el aula sino también otros espacios y herramientas dependiendo del contexto.
  • Compartir con el exterior.
  • Estimular la creatividad: en Educación Primaria la creatividad entre los alumnos es escasa.
  • Problemas nuevos y diferentes. 

Posibilidades de formación
  • Agrupamiento: Agrupar a todos los superdotados en un centro o en un aula. Elaborar un currículum para ellos. Existen una serie de colegios especiales (esto se está haciendo sobre todo en EEUU, Inglaterra, Rusia e Israel) siendo esto muy criticado.
  • Se elaboran programas según el nivel de cada grupo, siendo agrupados por edades y capacidades. Este modelo es muy debatido por los posibles problemas de socialización: como el estrés u otros similares. En España esto se empieza a sugerir y hacer pero de forma privada.
  • Los agrupamientos se pueden hacer en escuelas satélites (en ciudades) son como satélites de la escuela normal. Son centros especializados en campos concretos, con dos niveles diferentes. Acuden de diversos centros unos días a la semana, el resto de días lo pasan en el centro ordinario.
  • La escuela dentro de la escuela se produce en el mismo centro, en un aula diferente con un currículum acelerado. Presenta problemas de diagnóstico en el propio centro. También hay falta de especialistas.
  • Aceleración: Permitir  que el alumno entre en el Sistema Educativo un año antes o que pueda adelantar un curso por nivel. Es el más barato en España. Se da una especial prioridad a la edad mental sobre la edad cronológica. Esto puede provocar una serie de desajustes emocionales y sociales. Existen diversas formas: administración escolar precoz, paso a clase superior o programas concentrados (clases homogéneas o eliminando materias no centrales).
  • Enriquecimiento extracurricular: El currículum es pobre para ese niño, es pobre por lo que se enriquece para él pero también lo aprovechamos para que los demás puedan obtener ese enriquecimiento. El currículum escolar es muy monótono para los superdotados por lo que se desmotivan. Es memorístico de hechos y habilidades y por tanto no productivo.
  • Aprendizaje Autodirigido (Treffinger).
  • Estructura de la inteligencia.
  • Enriquecimiento triárquico de Renzulli.
  • Aprendizaje autónomo (BETTS).




MALETÍN DEL PROFE. Guía de TDAH en el Aula

Estupenda y completísima guía editada por al Fundación Cantabria de ayuda al TDAH. Se trata de una guía dirigida a los docentes donde se aborda este trastorno, aportando estrategias y herramientas para que los docentes puedan tratarlo en sus clases. Está en formato PDF. 



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Un buen maestro

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MyWaypass: Una plataforma de orientación vocacional para nativos digitales

MyWayPass es una plataforma online gratuita que ofrece una forma alternativa de acompañar a los jóvenes en su proceso de toma de decisiones académicas y profesionales.

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Aprendemos a reciclar

Esperamos que os gusten los vídeos y que os ayuden a repasar este tema tan importante de Naturaleza:




Los beneficios de escuchar cuentos

Además de enseñarles valores como el respeto, compartir, ayudar, etc; escuchar cuentos tiene muchos beneficios:

  • Les proporciona la fantasía necesaria para fortalecer su capacidad de imaginación.
  • Les enseña a reflexionar. Muchos cuentos esconden mensajes que les ayudarán a entender cómo deben actuar y comportarse, a distinguir entre el bien y el mal.
  • Pueden aprender situaciones que probablemente en su vida cotidiana no hubiera podido conocer por su diversidad de personajes, ambientes y situaciones de manera que podrán conocer la bondad, los problemas de algunos personajes y su lucha por sobrevivir, así como diferentes tipos de vida según países, sociedades y épocas, pudiendo así ver las cosas desde la perspectiva de otras personas.
  • Les ayuda a vencer sus propios temores. El niño suele identificarse con las emociones de los protagonistas y el hecho de conocer lo que va ocurriendo y el desenlace de la historia, le da argumentos para afrontar con mayor control sus propios miedos.
  • Ayuda en el desarrollo intelectual del niño puesto que su cerebro trabaja mientras escucha la historia.
  • Estimula su memoria.
  • Les enseña a expresar sus sentimientos y, lo que es muy importante, a tener ganas de expresarse.
  • Les ayuda a desarrollar sus capacidades de percepción y comprensión y a ampliar su sensibilidad.
  • Asimilan un vocabulario más extenso, lo que les permitirá expresarse con corrección.
  • Aprenden a prestar atención y a escuchar, algo muy importante para un buen aprendizaje escolar.



KIDDYTUBE, APP QUE PERMITE VER VÍDEOS CON SEGURIDAD


Kiddytube es una aplicación que responde a una necesidad que tienen muchos papás y mamás hoy en día, la de controlar el acceso desde sus dispositivos móviles a sus hijos e hijas. Pues bien, esta es una aplicación más indicada para los niños y niñas puesto que permite eliminar todo contenido inapropiado que pueda haber en la aplicación de YouTube.

Además, entre otras características, permite el control del tiempo de visualización e impide salir de la aplicación o ser redirigido.

Está disponible para el iPad gratuitamente. Os recomendamos que la probéis.


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martes, 25 de abril de 2017


El dibujo infantil. Aspectos a evaluar en las primeras etapas

Aspectos a evaluar en las primeras etapas


Desde el mismo inicio del garabato podemos analizar diferentes aspectos, si bien, cuando el dibujo toma una especial relevancia en la evaluación es a partir de los 4 - 5 años, momento en el que está consolidado.

A continuación se exponen algunos de los elementos que pueden ser susceptibles de observación y evaluación en las primeras etapas del niño. 

a) El modo en que coge los lápices
Lo hace de forma tranquila o lo agarra fuertemente. Su trazo será seguramente aún torpe pero si los agarra de forma forzada puede ser un indicador de tensión. Es aconsejable que le indiquemos tranquilamente como debe cogerlos, pero dejándole cierta libertad en sus primeros encuentros con el papel para que vaya experimentando.

b) La mirada y la actitud
¿Disfruta el niño con la actividad? ¿Solicita los lápices?
Debemos verificar si está pendiente de lo que hace fijando la mirada en el papel o simplemente se limita a hacer movimientos con el lápiz sin prestar atención. En éste último caso deberíamos intentar corregirle y que atendiera visualmente a lo que está haciendo. Si no está motivado para pintar mejor dejarlo para otro momento. No forzarlo. 
Una inclinación natural hacia el dibujo es buen indicador de la capacidad de aprendizaje posterior.

c) El espacio que ocupa
Ver el espacio que ocupa en el papel puede darnos algunas pistas. En general ocupar todo el espacio se asocia a confianza, seguridad, ganas de explorar el entorno, etc. Cuando el espacio ocupado se reduce a alguna zona en concreto o los garabatos son pequeños se interpretaría en sentido contrario, es decir, timidez, retraimiento, introversión.

d) El trazo
Un trazo firme, seguro y estable al hacer el garabato puede significar soltura de movimientos, ganas de explorar, de experimentar, buena predisposición al juego, a aprender, etc. Si el trazo se efectúa con exceso de presión o velocidad puede ser un indicador de impulsividad o falta de control.

e) Forma
En general, los niños empiezan dibujando formas rectilíneas para progresivamente incorporar las formas onduladas. Una vez pasada la etapa de los primeros garabatos, cuando se empieza a adquirir un poco de destreza con el dibujo, las líneas rectas largas trazadas de esquina a esquina del papel, en especial las ascendentes, pueden ser indicadores de cierta agresividad hacia el exterior o falta de control de impulsos. Por el contrario, los trazos con predominio de las formas onduladas o redondeadas son propias de niños con mayor control sobre sí mismos y quizás de mayor complicidad afectiva con las figuras de apego. 

f) Los colores preferidos
El rojo representa la vida, el ardor, el activo; el amarillo, curiosidad y alegría de vivir; el naranja, necesidad de contacto social y público e impaciencia; el azul, la paz y la tranquilidad; el verde, cierta madurez, sensibilidad e intuición; el negro representa el inconsciente; el marrón, la seguridad y planificación. Es necesario añadir que el dibujo de un solo color puede denotar pereza o falta de motivación.

lunes, 24 de abril de 2017

Un extraordinario corto nos muestra que “educar no es llenar la mente sino liberarla de las ataduras”

La línea entre educar y limitar es muy sutil. Y los adultos a menudo la sobrepasamos. Pensamos que debemos enseñar todo a los niños. Es cierto que los pequeños tienen mucho que aprender, pero no podemos caer en el error de pensar que nuestra manera de hacer las cosas o de ver el mundo es más válida o, peor aún, es la única y correcta.



La función de los padres y maestros no es crear copias exactas de sí mismos sino darles las herramientas a los niños para que puedan desarrollar al máximo sus potencialidades. Educar es sinónimo de enriquecer, no de limitar. La educación no consiste en llenar la mente con conceptos y formas de hacer, sino en liberarla para que sea realmente libre para pensar y crear.

Existen muchas formas de limitar la mente de los niños y atarla a los convencionalismos...

Cada vez que regañamos a un niño porque intenta hacer las cosas a su manera y le enseñamos a hacerla como nosotros, pensando que es la única forma correcta, limitamos su creatividad.

Cada vez que regañamos a un niño porque ha cometido un error, le generamos miedo al fracaso y sentamos las bases para una autoestima negativa.

Cada vez que le ponemos una etiqueta a un niño, cortamos un pedacito de su personalidad, limitándola a las expectativas de los demás y encerrándola en una caja siempre más reducida.

Cada vez que le impedimos aprender por su cuenta y le sobreprotegemos, le impedimos desarrollar sus habilidades y, lo que es aún más importante, la confianza en sí mismo.

Cada vez que pretendemos que un niño siga nuestros pasos, porque pensamos que es lo mejor para él, le arrebatamos la posibilidad de soñar y perseguir sus propias metas.

Este fantástico corto titulado “A cloudy lesson” se convierte en una excelente lección para los adultos. Fue realizado en 2010 por la directora Yezi Xue y dura apenas dos minutos. Su factura es impecable y se trata de una historia extraordinaria inspirada en la relación entre un abuelo y su nieto.




El dibujo infantil. Evolución del dibujo infantil

Evolución del dibujo infantil

a) El Garabato

El primer garabato (no siempre efectuado sobre papel), supone la primera expresión gráfica de lo que más adelante serán trazos que irán tomando progresivamente forma y contenido. Son los precursores de algo más importante que vendrá después: el dibujo y la escritura.

Estos primeros "dibujos" suelen efectuarse a partir del año y medio. Evidentemente sin intención ni capacidad para representar formas, figuras u objetos. Sí pueden, desde un punto de vista psicológico, permitirnos explorar algunos detalles tempranos de su afectividad y temperamento como se expone un poco más adelante.

Sus primeros contactos con el lápiz y el papel van a ser exploratorios y muy condicionados por las limitaciones obvias de su capacidad y maduración visomotora. 

Igual como ocurre con en otros aspectos del aprendizaje, cada niño es un mundo y seguirá su propio proceso y ciclo. Los hay más precoces y otros más lentos en la adquisición de ciertas habilidades. Ello no tienen que ser síntoma inequívo, al menos en estas edades, de retraso o menos capacidad futura. No obstante, siempre será positivo potenciar, motivar y acompañar al niño en cualquier proceso de aprendizaje y estar atentos a a cualquier problema que pudiera surgir.


b) Del garabato a las primeras formas

A partir del segundo año, el niño es capaz de ir dando forma a los garabatos. Ya no se trata sólo de líneas inconexas sino que se observan agrupamientos de trazos en formas con contornos. Pueden ser los primeros intentos de representar objetos del mundo real. Evidentemente el nivel de maduración no permite todavía la definición de las formas. Suele también empezar la experimentación con diferentes colores. En esta etapa ya podemos distinguir algunos rasgos del temperamento del niño tal como se apunta más adelante.



c) Las líneas empiezan a tomar forma



Estamos ya en la etapa de 2,5 años aproximadamente. El niño es capaz de dibujar círculos y combinarlo con líneas para crear nuevas formas. Son dibujos que ya tienen cierto parecido con objetos y figuras humanas pero sin llegar a nivel de detalle suficiente como para identificarlas plenamente.

d) El detalle aumenta


Cercanos los tres años pueden aparecer las primeras formas que identifican objetos o personas. El dibujo puede tener ya una intención clara de comunicar situaciones, personajes y emociones. La forma se perfila y podemos reconocer en ellos el primer esbozo de la figura humana. Son humanoides sólo con piernas y cabeza. Otros objetos de interés para el niño pueden ser también objeto de plasmación en el papel (autobús, coche, casa, etc.). 

El niño, generalmente, es capaz ya de dibujar una línea vertical al año y medio; la horizontal y el círculo a los dos años; la cruz a los tres; el cuadrado a los cuatro y el rombo a los siete años.

e) La figura humana se perfila

Entre los tres y cuatro años el niño va depurando sus dibujos. La figura humana evoluciona de un simple humanoide con piernas y cabeza a una figura más completa en las que ya se han incorporado el cuerpo y los brazos. La cabeza con frecuencia aparece muy grande al igual que los ojos. En los niños más detallistas puede que también se incorpore el pelo como un elemento más.



f) Se consolida la forma

Estamos ya en los cinco años. Las diferentes estructuras cognitivas han ido madurando y el dibujo es una más de las facetas en el que el niño ha progresado. Ahora la figura humana es perfectamente identificable y presenta la mayoría de los elementos principales: Cabeza, cuerpo y extremidades superiores e inferiores. En la cara pueden observarse los ojos y la boca. La nariz y las orejas suelen tardar un poco más. La presencia del cabello es también habitual. Además aparece otros aspecto importante: la diferenciación. Cuando se pintan varias figuras humanas, el niño es capaz de pintar en cada una de ellas rasgos diferenciales (más grande, más pequeño, con pelo, sin pelo, alegre, con algún objeto en la mano, etc.). Este detalle es importante dado que es un síntoma de creatividad y de capacidad de observación del entorno.

g) El personaje en situación

De los cinco a seis años el dibujo está consolidado. Cada niño a su forma y con su propia destreza. No obstante, el dibujo va a mantener un elemento común en todos los niños: Su capacidad de ser una plataforma comunicativa, un escaparate donde se nos va a mostrar un mosaico de sensaciones y emociones, es decir, el mundo interno del niño. No siempre serán obvias sino que deberán interpretarse cautelosamente en la clave peculiar e intransferible de cada niño.

Ahora, figuras humanas y objetos interactuan dentro del papel y el niño puede plasmarlas no tan sólo como formas individuales sino formando parte de una escenificación, de una situación concreta.



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