Aquí tenemos unas fotos que muestran dos aulas de Educación tradicional infantil y primaria y otras dos fotos que muestran ambientes Montessori.
¿Qué estilos de aprendizaje permite uno y otro? ¿Qué posibilidades de movimiento, interacciones, agrupaciones…?
Ejemplo de aula tradicional de Educación Infantil
Ejemplo de aula tradicional de Educación Primaria
Mesas y sillas dispuestas de cara a la pizarra, donde se encuentra la maestra/o. Implica que el aprendizaje sea individual de forma obligatoria y refleja el concepto de que la mente del niño sea un recipiente vacío que hay que rellenar desde el exterior.
- Refleja la necesidad de control externo.
- Implica que todos/as los/as niños/as deban mirar y escuchar al profesor/a.
- El conocimiento es limitado.
- Limitación del movimiento de los niños, adoctrinamiento para permanecer sentados durante largos periodos de tiempo
- No favorece la autonomía, ni a la independencia que busca y necesita los niños, sino más bien relega a las criaturas a un estado de inferioridad, en el que las conductas de desobediencia y desviaciones, no tardarán en aparecer.
- Socialización dependiente de las órdenes y reglas externas.
- Escasa consideración al potencial de aprendizaje y desarrollo de cada individuo. Todos deben aprender los mismos contenidos en el mismo periodo de tiempo. Si alguien destaca en algo, no se puede atender esa demanda y si alguien se queda atrás queda relegado.
- El nivel cultural se estanca, pues es considerado algo inmóvil evaluable en un examen.
- Parte física y emocional tiende a bloquearse, no se dedica apenas tiempo a estas áreas.
En el caso de que los niños tampoco hayan tenido la oportunidad de desarrollar habilidades sociales de conducta o de gestión de las propias emociones, podremos ver estas desviaciones en forma de escapes a mundos de fantasía, violencia, pesadillas y otros síntomas de incomodidad en el niño, que nos avisa de que algo está pidiendo ser revisado.
Ejemplo de aula Montessori de Casa de Niños (3-6)
Ejemplo de aula Montessori de Taller (6-12)
En el aula Montessori los materiales están dispuestos de manera que se encuentren accesibles a los niños, y en el centro hay un espacio para que puedan trabajar en base a su libre elección, en el suelo, sobre alfombras o en mesas y sillas adaptadas a su tamaño. La profesora, maestro/a en estas aulas es guía y acompaña los procesos de cada niño/a. El/la maestro/a Montessori destaca por su conciencia de que no trabaja sólo al servicio del niño/a, sino de toda la humanidad.
Algo importante a analizar, es el movimiento (capítulo 14 de “La Mente Absorbente”. La inteligencia y la mano) En el aula tradicional la posibilidad de movimiento se ve reducida a los 30 minutos de recreo, separando así movimiento de desarrollo y aprendizaje y dando a entender que el movimiento y el libre albedrío es como una recompensa, un regalo, que solo puede darse después de muchas horas permaneciendo “quieto y trabajando”. La realidad después de diversas observaciones y estudios científicos, es que el movimiento está en todo. El movimiento pues, también se da mientras uno se encuentra trabajando sentado, leyendo en una mesa...ect El movimiento es imprescindible para el aprendizaje y se encuentra interconectado a todas las demás áreas. Es por ello que en Montessori, existe espacio para moverse libremente en las aulas y fuera de ellas, siguiendo unas normas de respeto a los demás y al entorno.
En el aula Montessori se busca la realización de personas responsables, seguras de sí mismas, pacíficas, amantes de la naturaleza, valientes, curiosas… objetivos en lenguaje, matemáticas, historia… pero en el ambiente como en la vida, todas estas áreas están relacionadas, por ello se trabaja siguiendo el interés de cada niño/a.
Esto provoca que el curriculum tradicional pueda alcanzarse y superarse, que los niños crezcan más felices, y que vivan conectados con su interior.
Esto provoca que el curriculum tradicional pueda alcanzarse y superarse, que los niños crezcan más felices, y que vivan conectados con su interior.
No solo ofrecen un libro, ofrecen un mundo entero a los niños, para que lo descubran por ellos mismos, permaneciendo a su lado, ofreciéndoles apoyo, sostén y guía.
Texto: María García Molina “La Aldea”
Fuente: “La Mente Absorbente” María Montessori
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